lunes, 13 de febrero de 2012

sexto mes

SEXTO MES
Es un momento dulce de tu embarazo. Las molestias aún no son excesivas y el momento del parto aún queda lejano. El tiempo pasa deprisa.
aparecen ciertos “pequeños inconvenientes”. El peso del bebé y los cambios internos empiezan a notarse, por lo que debes descansas más a menudo de lo que estabas acostumbrada. Pero la cuarta consulta médica te permitirá encontrar soluciones. Pero es un mes lleno de alegrías, ya que tu futuro bebé ya reacciona al mundo exterior: con la voz de su papá o de su mamá, las caricias,… ¡¡y eso es un grandísimo aliciente para aguantar cualquier problemilla!!
El pequeño reacciona a lo que ocurre en el mundo exterior: caricias, música, las voces de papá y mamá,... Sí, ahora es sensible a los sonidos, aunque su oreja interna no esté todavía totalmente operacional. Y como el vientre de mamá es ruidoso (golpeos cardíacos, ruido de digestión, ruidos exteriores,...), pues el “peque” reacciona. Son ruidos algo violentos para él. A finales del sexto mes de embarazo, el bebé ronda los 37 cm y pesa alrededor de 1 kg.
El pequeño se hace progresivamente viable en medio extrauterino (en caso de un parto prematuro, por ejemplo). Su sistema nervioso y sus músculos han madurado bastante y ya le permiten hacer gestos cada vez más precisos. Los pulmones, aunque aún inmaduros, siguen creciendo. El bebé ya se mueve mucho y tiene fases nítidas de “despertar” y de “sueño”. Su tórax realiza pequeños movimientos de inspiración y expiración, como si practicará para respirar. También traga líquido amniótico, apreciando su gusto azucarado. ¡¡Y de vez en cuando también tiene hipo!! Su piel está totalmente arrugada y es rojiza debido a que los capilares se transparentan. Duerme entre 18 y 20 horas, pero cuando está despierto (aún tiene los ojos cerrados) tiene mucha actividad. El oído se perfecciona durante este mes y puede distinguir la voz del padre.

Al final de este periodo se han formado laspapilas gustativas. Es entonces cuando, al llevarse los dedos a la boca, es capaz de distinguir el sabor dulce del líquido amniótico y otros sabores que le llegan a través de lo que come su madre. Todavía es pronto para que el feto sepa diferenciar lo dulce de lo amargo y lo salado de lo soso, pero sí empieza a saber qué sabores le gustan y cuáles no.
El intestino continúa llenándose de meconio. Las células cerebrales que utilizará para el pensamiento consciente comienzan a madurar. Se cree que ya es capaz de aprender y recordar.

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